El yoga busca la conexión entre alma, cuerpo y mente. Etimológicamente significa “unión”, lo practican más de 500 millones de personas… Y la inmensa mayoría son mujeres. Da igual que los primeros textos sobre filosofía yogui estuvieran dirigidos al practicante varón y que durante siglos su práctica estuviera prohibida al género femenino: en Occidente ya es una disciplina casi monopolizada por las mujeres. “Es parte esencial de la corriente de liberación de la mujer. Tiene que ver con el deseo de crear tu propio espacio, y con el de tomar iniciativas poco convencionales”, dice Rachel Rose, instructora de esta disciplina en SHA Wellness Clinic. Estas son algunas de sus ventajas: flexibilidad, reduce el estrés, despeja la mente, favorece el descanso, alivia los síntomas de ciertas enfermedades. Así que no, no es fitness y llega más allá del cuerpo.